CUCARACHAS, MAGRET DE PATO Y PLACAS

 Acaban de despedirme. Es la primera vez que me echan de un trabajo, y en cima, de un trabajo de mierda. Joder, ¿tan mala camarera soy? ¿De verdad hay que tener experiencia para servir? Con la de propinas que he conseguido en una semana de trabajo... Lo bueno es que hoy también me han hecho una propuesta jugosísisma: por una entrevista de 45 minutos me van a pagar lo mismo que por dos semanas en mi ex puesto. Las gallinas que salen por las que entran, pero siempre salen muchas más que entran.

Yo ya había planeado ahorrar unos cien eurillos al mes con mis cuatro puestos de trabajo -como profesora de pintura, community manager, música y camarera-  y probar en las Américas de baby sitter. En Manhattan, por cuidar bebés, te dan alojamiento, comida y 2.000$ mensuales. Ahora tengo miedo, ¿querrán experiencia? Pero, ¿qué tipo de experiencia? Porque yo aún no he sido madre... ¿Me echarán a las dos semanas, como hoy me han despedido, y tendré que vivir como una homeless en N.Y.? ¿Seré una yonqui del Bronx? Me paso de buena y se pasan conmigo de malos. Ya, ya; cada uno con sus razones, pero yo con menos dinero cada vez. Se me ha derramado toda la leche por el suelo, el sueño americano es un castillo de naipes y de repente, zas, una patada karateca en tu corazón y en tu cartera: ya nada existe. Puta mierda. Puta gran mierda. ¿Me dará este blog dinero? ¿Pensaré dentro de unos años que gracias a este despido he triunfado como crítica y tengo un castillo a mi nombre?

Bueno, me voy a relajar. Me voy a relajar porque voy a poner a parir a todo el que se me cruce y romper todos los platos del restaurante mientras grito ¡en este bar vegano matan cucarachas! ¡Asesinos! ¡Abajo el maltrato de insectos! ¡Y que sepan que me encanta el magret de pato ahumado, el que hacen en la taberna japonesa del centro!  Lo pienso y recuerdo como se me deshace en la boca y cierro los ojos de gozo... Ah, ¡y no soy la única, el otro camarero también come carne! Pero bueno, a quién coño le importa la integridad, ¿no?

Ahora estoy pasando a otra fase, no sé a cuál, pero siento que es a otra. No les odio tanto. La dueña tiene muchas dificultades y yo soy un lastre para ella. Pero, ¿en una semana se ha dado cuenta? No valgo ni 6€ la hora... D.E.P. (presión)

Era tan feliz sirviendo a la clientela, limpiando el váter, fregando los platos. Lo que peor llevaba era encontrarme con el dueño del negocio del al lado, un antiguo compañero de instituto. Mi técnica era la siguiente: cuando tu vas, yo vengo de allí. Al final nos encontramos cara a cara y nos tuvimos que decir hola. Fiasco. El chaval, con dos años menos que yo, alquila distintos tipos de transporte a guiris - bicicletas, patinetes, motos y coches- y se forra. En el Instagram de su mujer (que, por cierto, era la ex de su hermano y eso sí que tiene tela) puedes ver fotos y vídeos del chalet que tienen en propiedad (al parecer por la herencia que le ha dejado uno de sus abuelos muertos), a sus dos bebés más feos que dos crías de ratones rusos (no sé porqué no usará filtros de belleza con ellos), un perro de raza gigante que anda cagándose y meándose por toda la casa, un coche rojo, galletas decoradas con una pasta azul imitando a fondos marinos y café. Y yo aquí, limpiando mesas. ¿Por qué es la vida tan injusta? ¿En otra vida reventaría yo blatodeos?

Joder, con lo feliz que era hace diez minutos. Además tengo placas. 

¿De qué voy a vivir?

Fdo.

Marujita Desastre 

Comentarios

Entradas populares